La captura accidental puede considerarse la captura de individuos de especies animales que no son el objetivo de una pesquería, pero que son atrapadas de forma fortuita a través del uso del arte.
Distintos grupos zoológicos (tortugas, aves y mamíferos marinos, peces, moluscos y crustáceos, entre otros) pueden ser capturados accidentalmente, dependiendo del tipo de arte, de su selectividad, de la región pesquera, entre otros factores.
La captura accidental y otras interacciones con el arte de pesca también suponen un coste negativo para los pescadores, ya que a través de ella pueden:
- sufrir daños en el arte de pesca, con el consiguiente coste;
- disminuir su capacidad de captura de especies objetivo;
- ver reducido el tiempo efectivo de pesca;
- incrementar el riesgo por acciones de liberación o recuperación del arte.
Por ello, la búsqueda y uso de medidas de mitigación para reducir la captura accidental y la mortalidad de especies capturadas accidentalmente, así como otras interacciones negativas, es de gran importancia para compatibilizar objetivos de conservación y socioeconómicos hacia una gestión más sostenible de la actividad pesquera y del medio marino.