Seis de las siete especies de tortugas marinas existentes extienden su área de distribución por aguas españolas. Sin embargo, solo dos especies se encuentran de forma habitual, la tortuga boba (Caretta caretta) y la tortuga laúd (Dermochelys coriacea). La primera es la más abundante y frecuente en aguas del Atlántico (principalmente en el golfo de Cádiz) y Mediterráneo español. La segunda, menos frecuente, se puede encontrar en aguas atlánticas y entra de forma esporádica en el Mediterráneo. La tortuga verde (Chelonia mydas), que presenta áreas de puesta en el Mediterráneo oriental, se registra menos habitualmente y la presencia de la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga de Kemp (Lepidochelys kempii) es muy poco frecuente. La tortuga olivácea (L. olivacea) se ha registrado recientemente por primera vez en aguas del Mediterráneo español, pero su presencia se considera ocasional. Por ello, se tratan únicamente las cinco primeras especies citadas.