Basura marina se puede considerar cualquier material sólido persistente fabricado o procesado que es abandonado o desechado, intencional o no intencionalmente, y que llega al medio marino o costero.
Existen muchos tipos de residuos sólidos, desde la gran variedad de materiales plásticos (envoltorios, botellas, bolsas, botes, frascos, vasos, mecheros, cuerdas, redes, boyas, flotadores, sedales, pajitas, pelets, etc.), hasta objetos y utensilios de metal, vidrio, goma, papel y cartón, materiales de construcción, ropa y tejidos, cordelería no plástica, etc. Cerca del 80% de la basura marina y costera procede de desechos con base en tierra firme que son arrastrados por cursos de agua, lluvias e inundaciones, alcantarillados y efluentes al mar. Del resto, parte procede de actividades desarrolladas en el mar (pesca, cruceros, embarcaciones de recreo, transporte marítimo, acuicultura, plataformas petrolíferas).
La basura marina puede encontrarse tanto en superficie como en la columna de agua o en los fondos marinos, por lo que puede dividirse en flotante y hundible. De acuerdo a PNUMA sobre el 70% se hunde y permanece en el fondo. La parte visible es aquélla que flota o que llega a playas y puertos, que está compuesta principalmente por materiales plásticos.
Impactos
Las corrientes marinas conforman grandes giros o remolinos subtropicales que provocan la acumulación de enormes masas de basuras plásticas flotantes.
Microplásticos
Plásticos con tamaños menores de 5 mm. Son fácilmente ingeridos por animales (también por animales filtradores) y potencialmente tóxicos, por lo que se convierten en un grave problema para toda la red trófica, incluido el ser humano. Generalmente proceden de la fragmentación de otros residuos plásticos o de elementos que los contienen (pasta de dientes, cremas, fibras textiles, pellets plásticos).
Las tortugas marinas se sienten atraídas por objetos en el agua y pueden llegar a ingerirlos o a enredarse en ellos. Redes abandonadas y grandes restos plásticos pueden enredarse en una tortuga y lastrarla, impidiendo que pueda nadar, sumergirse y alimentarse adecuadamente. Restos de sedal pueden enredarse en sus extremidades o cuello y producir laceraciones, llegando incluso a provocar amputaciones. Multitud de residuos son ingeridos por las tortugas, lo cual supone la posibilidad de heridas e infecciones en el sistema digestivo, la imposibilidad de absorber los nutrientes convenientemente o el bloqueo de secciones del intestino. La descomposición de basuras en el tracto digestivo también puede provcar la formación de burbujas de gas que impiden su inmersión y la búsqueda de alimento.
La Universidad de Valencia a lo largo de dos estudios encontró basuras sólidas en el tracto digestivo de 97 tortugas bobas de 118 analizadas, lo que supone el 82% y pone de manifiesto el impacto que supone para las tortugas y otra fauna marina.
Basuras marinas "pescadas" con red de arrastre de fondo / CHELONIA